Uno de los motivos principales de ruptura de muchas parejas es la infidelidad ¿sabes cuál es el motivo que puede llevar a las personas a ser infieles? A continuación te detallaremos los motivos que pueden hacer que una persona busque un amante, en los tipos de casos que se suelen dar y cual suele ser el resultado final.
Infidelidad para evitar otro conflicto basado en la mala comunicación de pareja
Este tipo de aventura sexual, se produce como una llamada de atención por parte de la persona que es infiel.
Ésta es la aventura que deja más insatisfecha a la parte infiel ya que trata de salir de una situación en la que las diferencias no se tratan en la pareja y se ahogan bajo un fingido bienestar silencioso. Por ello, casi siempre se pretende ser descubierto, para que de este modo, por fin comience una discusión en la que se pueda expresar lo que antes no se hacía y se pongan sobre la mesa los problemas que existen en el matrimonio o en la relación de pareja.
Este tipo de infidelidad se suele dar en personas de entre 20-30 años, con menos de 12 años de convivencia. El objetivo es evitar el conflicto en la pareja; se trata de personas que pretenden evitar las discusiones por considerar que éstas nunca son convenientes cuando en realidad son necesarias para solucionar ciertos problemas de pareja.
Es por eso por lo que la frustración debe dejarse salir por otro lado. Suele durar poco tiempo y hay una implicación mínima con la tercera persona.
El infiel se siente culpable mientras que la persona traicionada se muestra enfadada cuando se entera, pero sin dejar de mostrar cierta dulzura. En este tipo de situaciones se tiene un buen pronóstico siempre y cuando la pareja sea consciente de que el diálogo debe existir para la solución de los problemas.
La probabilidad de divorcio o ruptura es baja y el mejor resultado que puede darse es la transformación en relación mucho más sólida, mientras que la peor es la aparición de nuevas aventuras e incluso el divorcio.
Infidelidad producida por la dependencia
A veces se teme depender demasiado de la pareja, por lo que se trata de cubrir ciertas necesidades emocionales, o repartirlas con otras personas.
La aventura protege contra un posible abandono por parte de la pareja, que, de ser la única persona con la que se estuviese vinculado profundamente, sería muy doloroso.
Este tipo de aventuras se da entre personas de 20-39 años y que llevan una convivencia de menos de 6 años. Se basa en evitar la intimidad y por ello suelen existir discusiones continuas, porque el mostrarse abiertamente implicaría el estar descubiertos frente a un posible ataque de la pareja. Se teme principalmente el ser dañado.
En estos casos la aventura suele ser de corta duración y de una implicación superficial. Cuando la infidelidad sale a relucir, ambos se muestran caóticos y enfadados a la vez que el infiel tiene cierto sentimiento de seductor.
La pareja suele acudir a la terapia conjuntamente y el pronóstico de resolución de los problemas es alto. En el peor de los casos pueden darse más aventuras o el divorcio.
Infidelidad producida por la necesidad sexual
La persona que lleva a cabo este tipo de infidelidad trata de buscar reconocimiento en su vida privada a través de las conquistas. Tiene un sentimiento de vacío que trata de llenar de esta forma. Importa muy poco quién es el compañero sexual, pero puede que sí sea valorado su físico, su situación económica… etc, que aumentan el valor de los trofeos adquiridos.
Este tipo de aventuras se producen a cualquier edad y en cualquier etapa de la relación. Los dos miembros de la pareja tienden a llevar una vida distanciada, donde trata de darse una visión de la pareja de cara al exterior que no es la real.
Por ello, muchas de estas infidelidades son pasadas por alto. Mientras que el infiel presenta un sentimiento de grandiosidad, su pareja lo muestra de negación frente a la incidencia.
Normalmente acuden a terapia el individuo infiel o el otro miembro de la pareja, pero la terapia tiende a ser de carácter individual.
El pronóstico de alcanzar una solución aceptable es muy bajo, pero también lo es la probabilidad de divorcio. Se tiende a aceptar y mantener las cosas como están antes de variar la situación.
Infidelidad para llenar el hueco vacío
Este tipo de aventura suele darse entre las personas mayores de 40 años que llevan más de 20 en pareja.
Ésta se basa en una vida de incomunicación en la que el vacío de ambos miembros es una constante. Estos problemas de comunicación en pareja son los que propician una falta de comprensión.
Este tipo de aventuras suelen durar menos de dos años, pero la parte infiel se suele implicar emocionalmente en ellas. Tanto la persona infiel como su pareja, cuando se enteran de la infidelidad, experimentan sentimientos de depresión.
Cuando la parte infiel es descubierta, el sentimiento de culpa es muy alto. Tienen mucho miedo a la soledad.
Infidelidad para validarse a uno mismo
En este tipo de infidelidad se buscan principalmente dos cosas: por un lado la propia validación de uno mismo (¿sigo siendo deseable?) y por otro la ruptura con la actual pareja sin tener que enfrentarse directamente. Por ello, la parte de la pareja que es infiel se asegura, de forma inconsciente, de que su aventura va a ser descubierta. De este modo será la otra parte la que determinará el romper la relación y la persona infiel se liberará de tan dura decisión.
Este tipo de aventuras suelen llevarlas a cabo tanto hombres como mujeres de cualquier edad, llevando una relación de pareja de menos de quince años. La aventura que desarrollan dura de seis meses a doce años, y aunque exista una implicación con el/la amante, ésta no es excesiva.
Cuando la aventura es descubierta, la persona infiel no se siente muy comprometido, mientras que la otra parte de la pareja cae en un gran enfado.
En este tipo de casos es la persona que ha sido traicionada o las dos partes de la pareja, las que acuden a terapia. Esta suele tener un buen desarrollo en el que los problemas son resueltos para llegarse a la conclusión, generalmente, de que lo mejor es optar por la separación.