Cómo decirle a su hijo adolescente que se está separando sin aumentar su dolor

Cuando tú y tu pareja habéis decidido separaros, es claramente un momento de emociones intensas y sentimientos complejos para todos los involucrados.

Esto es especialmente cierto para los hijos de la pareja o del matrimonio, que necesitarán ayuda durante el proceso, tanto emocional como físicamente.

Si buscas ayuda para la separación de los padres y para ayudar a tu hijo adolescente a sobrellevarla, no busques más.

Los hijos adolescentes, se encuentran en una etapa de la vida en la que ya están experimentando una gran cantidad de cambios y tienen que enfrentarse a emociones y problemas cada vez más adultos.

Los adolescentes suelen pasar por una amplia gama de emociones cuando se enfrentan a cuestiones difíciles.

Puede ser muy común que su estado de ánimo cambie de forma salvaje de un día para otro, o incluso muchas veces en el espacio de sólo 24 horas.

Aquí tienes algunos consejos para comunicar a los hijos una separación

Hablar, escuchar y reconocer

Hablar es a menudo la mejor forma de terapia y reprimir los sentimientos, puede llevar a una escalada de preocupaciones y comportamientos destructivos más adelante.

Hablar con tu hijo adolescente sobre la separación y el divorcio conlleva muchos retos.

Puede que no quieras hablar de lo que percibes como una etapa muy dolorosa de tu vida, pero tus hijos necesitarán saber qué está pasando, dónde encajan y, lo más importante, que ambos seguís queriéndoles y que la separación no es culpa suya.

Tal vez pienses que los niños mayores ya habrán comprendido este hecho, pero su necesidad de tranquilidad será muy fuerte en este momento de cambio.

Escúchales y trata de no juzgar lo que dicen, ni saltar a tu propia defensa demasiado rápido.

Sé sencillo, deja que te pregunten y no hagas promesas que no puedas cumplir. Reconoce que tendrán sentimientos difíciles de manejar, que pueden dirigirse directamente a ti, como la ira, el miedo o la tristeza.

No culpes a tu pareja de la ruptura ni hagas que tu hijo se sienta culpable por seguir queriéndole.

A medida que los adolescentes se acercan a la edad adulta, necesitarán mantener sus relaciones con las dos partes que se separan y será mucho más saludable si esas relaciones pueden seguir siendo positivas.

Se necesita un pueblo

Al igual que todo el mundo necesita el apoyo de otras personas para criar a sus hijos de vez en cuando, también otras personas pueden facilitar en gran medida el proceso de separación y divorcio y el trato con el adolescente

Los abuelos, los tíos y los primos pueden aportar una estabilidad muy necesaria y la sensación de que la familia seguirá existiendo, aunque con arreglos de vida ligeramente diferentes para dos o más de sus miembros.

Pídeles que se lleven a tu hijo a pasar el día para ayudarle a alejarse de las tensiones en casa y darle el espacio necesario para procesar sus sentimientos mientras hace algo divertido.

Anima a tu hijo a hablar con sus amigos

Anime a su hijo a hablar con sus amigos

Muchos habrán pasado o estarán pasando por la misma situación en sus propias familias y podrían ofrecer algunas ideas valiosas, apoyo y la oportunidad de relajarse y descansar juntos.

Habla también con la escuela o el colegio, ya que agradecerán saber las razones que hay detrás de cualquier cambio de comportamiento, estado de ánimo o motivación.

También pueden facilitar el acceso a un consejero o a un apoyo profesional para tratar las complejas emociones que conlleva. O, a nivel práctico, dar a los estudiantes afectados tiempo extra para las tareas, los deberes, etc.

Para el futuro

Los adolescentes suelen tener una vida social compleja, y es fundamental recordar que, aunque tu vida cambie radicalmente, gran parte de la suya seguirá siendo la misma, en lo que respecta a los estudios, las amistades, las aspiraciones profesionales, las aficiones, etc.

Por tanto, asegúrate de tener esto en cuenta a la hora de planificar el acceso, las vacaciones y la vivienda.

Consigue el horario escolar o universitario de tu hijo, así como las fechas clave de sus aficiones, como partidos de fútbol, exámenes de baile o fiestas de fin de curso.

Pregunta a tu hijo por las fiestas de cumpleaños, los compromisos de voluntariado, etc., para saber dónde tiene que estar y qué padre debe encargarse de llevarlo.

No dejes que los sentimientos personales se interpongan, ni intentes ganar puntos haciendo sentir a tu hijo que el otro progenitor le impide hacer las cosas que le gustan.

Esto sólo provocará resentimiento y dificultará la cooperación y la confianza continuas.

Si tratas a tu hijo adolescente como a un adulto y reconoces sus sentimientos y necesidades, esta será la mejor manera de ayudarle a manejar este difícil momento.