Los trastornos alimenticios son un problema bastante grave en la actualidad. Estas son alteraciones que se derivan de un problema psicológico que, independientemente del motivo que lo genere, acaba siempre de la misma forma: se produce un trastorno en la dieta que se realiza y, si no se recibe un tratamiento de trastornos de la alimentación, se puede tener un problema de salud grave.
Los factores que actualmente son más determinantes para que se produzcan estos problemas tiene que ver con el modelo de sociedad existente. Esta es muy exigente en diferentes parámetros (como por ejemplo los físicos o estéticos), y llevan a quienes lo padecen a ver de manera distorsionada la realidad, ya que acaban por verse a sí mismos de modo erróneo y negativo. Y, por ello, una de las reacciones que se dan es el cambio de alimentación que acaba con un trastorno.
La Psiconutrición es la solución
La psiconutrición, también conocida como Psicología de la nutrición, tiene como objetivo hacer un estudio de las personas que tienen los trastornos para conocer los motivos -sociales, emocionales y conductuales- para establecer el patrón que ha llevado a la persona en cuestión a cambiar sus hábitos y tener problemas nutricionales.
Todo tipo de problema es motivo de estudio, desde los más graves hasta los que se consideran como leves, y tiene por objetivo también conseguir una relación adecuada entre el paciente y la comida. Para ello, se utilizan diferentes tipos de herramientas para conseguir superar lo que ocurre y, si es necesario, se toman medidas como establecer tratamientos de los trastornos de la alimentación de forma individualizada.
De esta manera, hablamos de una rama de la psicología que ya tiene su peso específico propio y que es la adecuada para conseguir superar un problema que, por común en la sociedad actual, está paso a paso convirtiéndose en un grave problema que puede tener graves consecuencias si no se toman las medidas oportunas.
Los trastornos alimenticios más comunes
Actualmente, hay tres tipos que son los más comunes entre los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), son los siguientes y, si se detecta cualquier tipo de síntoma, es muy importante reaccionar lo antes posible:
- Anorexia nerviosa: son aquellos que dejan de comer de modo compulsivo llegando a evitar todo tipo de ingesta de comida. Siempre se ven con demasiado peso, por lo que tiene distorsionada la realidad, y es de las afecciones más graves que existen en la actualidad, ya que tiene la tasa de mortalidad más importante.
- Bulimia nerviosa: en este caso las personas suelen darse grandes atracones de comida forzando posteriormente el vómito con el objetivo de no ganar peso alguno. No son personas especialmente delgadas, y presentan una complexión física que no es extraña (incluso, suelen practicar de forma constante deporte). Es complicada de detectar, lo que resulta problemático.
- Trastorno por atracón: aquí se pierde el control por dejar de comer, y aunque se esté saciado se sigue ingiriendo comida. Luego, se genera un sentimiento de arrepentimiento e, incluso, culpa. Estas personas suelen presentar problemas de obesidad y se considera una lacra en muchos países occidentales.