Dormir es un placer para muchas personas pero también se ha convertido en el suplicio de muchas otras. Y es que, si dormir bien es necesario para el correcto funcionamiento de nuestro organismo, existe una gran cantidad de trastornos del sueño que son experimentados por un amplio porcentaje de la población mundial. Esto implica gran cantidad de noches de insomnio o un incorrecto descanso a pesar de haber dormido las horas necesarias.

Pero, ¿a qué se deben estos trastornos? Lo cierto es que muchos de ellos se deben a las vidas tan ajetreadas que llevamos, a una incorrecta alimentación, al estrés, etc… Esto implica que debemos aprender a controlar nuestra vida y alcanzar el equilibrio físico utilizando nuestros medios y, por otro lado, nos indica que podemos llevar a cabo ciertas acciones para mejorar cómo y cuanto dormimos.

Alimentos para dormir bien

Aunque pueda parecer poco importante, lo cierto es que la alimentación también afecta directamente a la calidad del sueño. De esta manera, podemos evitar el consumo de ciertos alimentos que provoquen el temido insomnio e incrementar el consumo de aquellos que puedan ayudarnos a conciliar el sueño.

Evidentemente el café y todo tipo de bebidas energéticas son completamente desancosejables por la noche ya que provocan que nuestro organismo se active y eso conllevara que nos resulte más complicado relajarnos. Los mejores alimentos son aquellos que ayudan a nuestro sistema nervioso a relajarse mediante la generación de ciertas sustancias en nuestro organismo como el triptófano, el cual hace que se produzca el sueño.

Entre este tipo de alimentos se encuentran las almendras o el plátano, por citar algunos ejemplos. Estos alimentos tienen un alto contenido en triptófano y magnesio, sustancias que ayudan a conciliar el sueño y relajarnos.

La avena es otro de los alimentos sumamente útiles la hora de dormir. Como ya comentamos en otros post, el consumo de avena de manera regular mejora el funcionamiento de nuestro organismo a niveles generales y lo mismo ocurre a la hora de dormir. En este caso se debe a que la avena contiene melatonina, otro de los componentes que relaja a nuestro organismo.

Por otro lado, la miel siempre ha sido conocida como un gran inducir de sueño. No en vano, son muchas las personas que por las noches toman un vaso de leche con miel antes de irse a dormir pero, ¿a que se debe? en el caso de la leche, ésta también estimula la generación de triptófano mientras que la miel contiene glucosa que hace que disminuya la orexina en nuestro cerebro haciendo así que disminuya la sensación de vigilia y nos entre el sueño.

Las infusiones son otro de los grandes aliados a la hora de relajarnos. El consumo de infusiones que contienen melisa, tila o cualquier otra sustancia relajantes ha hecho que muchas marcas los vendan de manera habitual. Estas hierbas contienen propiedades que relajan a nuestro organismo con lo que, al consumirlas en infusión, provocamos la misma reacción en nuestro cuerpo.

Finalmente, y para las más golosas, el chocolate negro es una buena y clara alternativa. Además de no engordar apenas (y convertirse por ello en nuestro chocolate preferido) el chocolate negro estimula la producción de serotonina en nuestro cerebro, la cual lo prevee de una sensación de felicidad y relajación.

Como veis, podemos abordar el problema del sueño desde distintos ámbitos. Lo realmente importante es elegir aquellos elementos y rutinas que mejor se adapten a nosotros implementándolos así en nuestro día a día.