Por fin ha llegado el mes de Junio y con el las buenas temperaturas, aquellas que tanto echamos en falta durante el invierno pero que pueden ponernos en verdaderos aprietos durante el verano y es que, si bien es cierto que el sol y el calor pueden ser un incentivo para nuestro estado de ánimo, también pueden generar problemas en nuestro salud cuando son excesivos.

Precisamente para evitar este tipo de problemas es importante que tomemos una serie de medidas que nos permitan mantener nuestra salud durante los meses en los cuales el calor es más sofocante.

La primera regla de oro es la hidratación. Cierto es que es importante hidratarse correctamente durante todo el año pero lo es aún más en la época de verano ya que, con el calor, nuestro cuerpo suda y eliminamos muchos líquidos y sales minerales con nuestra piel. Hay muchas personas que tienen bastantes problemas a la hora de consumir agua con lo que se recomienda alternarlo con otra serie de líquidos como infusiones frías, zumos, etc… Es importante, eso sí, tratar de evitar en la medida de lo posible las bebidas gaseosas ya que la realidad es que no nos hidratan y, además, producen hinchazón y otra serie de desventajas para nuestro organismo.

Cuando salimos a la calle es importante, además, que en la medida de lo posible llevemos una botella de agua con nosotros para poder hidratarnos en aquellos momentos que nos resulte necesario.

Otro punto básico es el de cuidar nuestra alimentación. Durante el verano es importante evitar tomar comidas copiosas y alimentos que hagan que nuestra digestión se dificulte. Debemos tener en cuenta que, durante esta época, nuestro organismo está lidiando para soportar el calor y es importante que tratemos de facilitárselo en la medida de lo posible. Lo mejor es optar por sopas frías, ensaladas y cualquier otro alimento de fácil digestión que haga que nuestro metabolismo se mantenga activo y alimentado pero sin sobresaturarlo.

Uno de los aspectos que mucha gente no tiene en cuenta también en la realización de ejercicio de manera moderada y a horas en las cuales no haga mucho calor. Si somos dados a realizar deporte al aire libre debemos seguir esta regla a rajatabla ya que, de lo contrario, podemos poner en jaque nuestra salud. Es importante evitar salir a la calle a horas en las cuales el sol esté demasiado alto para evitar un posible golpe de calor o la deshidratación que se puede producir por el exceso de subida de temperatura en nuestro organismo.

El calzado y la ropa también son sumamente importantes en esta época del año. Debemos optar por ropa ligera y suelta que facilite que nuestra piel transpire. Optaremos además por los colores claros.

Finalmente, debemos tener en cuenta que hay ciertas medidas que pueden implementarse en nuestro hogar para tratar de reducir en la medida de lo posible la temperatura como es bajar toldos o persianas, poner el aire acondicionado o, en caso de no tenerlo, situarnos en las habitaciones que estén más frescas para tratar de no sufrir los efectos de las altas temperaturas.