Cuando con nuestro salario nos vemos con dificultades para hacer frente a los gastos de nuestro día a día, y llegar a fin de mes se convierte en toda una carrera de obstáculos, quizás nos encontramos ante el momento idóneo para solicitar a nuestro jefe ese ansiado aumento de sueldo que tanto anhelamos.

Antes de personarnos en el despacho de nuestro superior para reclamarle un incremento de nuestra nómina, debemos prepararnos para las posibles situaciones a las que nos tendremos que enfrentar llegado ese momento.

Lo primero que debemos realizar es un ejercicio de autocrítica. ¿Realmente nos merecemos un aumento salarial? ¿Somos productivos? ¿Desempeñamos nuestro trabajo de manera óptima? Si a todas estas cuestiones hemos contestado con un sí, entonces debemos pasar a la segunda parte del proceso. La preparación de nuestros argumentos.

Debemos realizar una lista con nuestros logros, las aportaciones que realizamos… En definitiva, los motivos por los que nos merecemos ese aumento salarial.

Por otro lado debemos plantearnos a cuánto va a ascender nuestra demanda. Antes de marcar una cifra debemos conocer el salario medio ofertado en el sector por parte de la competencia, la banda salarial que manejan nuestros iguales etc. Esta información nos servirá para realizar una solicitud objetiva y no pedir ni por encima ni por debajo de lo que realmente nos merecemos, una buena opción es pedir por encima de lo que realmente deseamos (pero sin pasarnos) así si el jefe regatea, nos aseguramos aproximarnos a la cifra que realmente queremos percibir.

Además, debemos elegir un buen momento para realizar nuestra petición. Informa a tu jefe de qué quieres hablar con él o ella y elije un momento en el que esté de buen humor para comunicárselo.

Ante todo debes mantener una actitud positiva, sin enfadarte y argumentando tu solicitud con hechos (objetivos logrados, tareas desempeñadas, responsabilidades asumidas…)