Cuando las personas mayores llegan a determinada edad o tienen alguna enfermedad, requieren de determinados cuidados y atención. El cuidado de personas mayores es algo que debemos tener en cuenta antes de pensar en una residencia, sobre todo para aquellas personas que quieren tener a sus mayores a su lado el máximo tiempo posible.

Aunque en el mercado existe un gran número de posibilidades para poder contar con los servicios de una cuidadora de personas mayores, debemos tener en cuenta muchos aspectos para acertar en nuestra búsqueda.

¿Qué debemos tener en cuenta para elegir a una cuidadora?

Son muchos los aspectos que hay que tener en cuenta para acertar a la hora de buscar una cuidadora. En principio, hay que tener presente si se busca una persona con titulación o una sin ella, pero con mucha experiencia.

Es importante elegir siempre en base a las tareas diarias que debe hacer. Por eso, debemos saber si cuenta con la formación o la experiencia adecuada para poder llevar a cabo su trabajo de una forma correcta. También es necesario conocer si tiene la fuerza física necesaria y saber si es resolutiva y si se desenvuelve con facilidad en prácticamente cualquier situación.

También hay que saber si le gusta su trabajo, es empática, comprensiva y sobre todo, si tiene paciencia. También se deben valorar otros puntos como si está dispuesta a apoyar en las tareas domésticas y si es una persona responsable.

Conocer las necesidades de cada persona, algo primordial

Debe conocer cuáles son las necesidades de la persona que debe cuidar, sobre todo si es dependiente. No es lo mismo que una persona mayor tenga problemas de movilidad reducida, una ligera pérdida de funcionalidad física que alguna clase de deterioro cognitivo.

Por esa razón, hay que buscar bien en este aspecto para acertar en esta búsqueda, que puede ser más compleja de lo que podemos imaginar en un principio, dado que no todo el mundo vale o no tiene las capacidades, experiencia o formación para su desempeño.

Si la persona mayor tiene determinada enfermedad o disfunción, es requerimiento analizar cuáles serán las principales funciones con las que debe lidiar el cuidador en su día a día. En ocasiones puede que solo tenga que hacer compañía y cuidar a la persona mayor además de hacer alguna tarea doméstica.

En otras ocasiones, los cuidados deben estar presentes en todo momento y pueden ir desde ayudarles a ir al baño, ducharles, hacerles la comida y darles de comer, cambiarles de ropa, levantarlos y acostarlos, etc. Para ello,se necesita un plus de fuerza física, sobre todo si no se tiene ningún tipo de dispositivo adaptado.

Si la persona mayor tiene una enfermedad específica, hay que valorar si la persona que se presenta al puesto tiene conocimientos y experiencia en la enfermedad o dolencia de la persona mayor. En ocasiones, es necesario y muy recomendable gastar un poco más de dinero, pero contratar a una persona que cumpla a rajatabla con todo lo que la persona necesita.