El verano es la temporada del año en las que más calor hace, lo que para muchas personas supone algo muy parecido a una pesadilla debido a los problemas de sudoración excesiva o hiperhidrosis. Remediar problemas de sudor es uno de los objetivos de muchas personas que ponen en marcha mil y un remedios caseros para evitarlo. Pueden funcionar durante unos minutos, pero tras ellos, todo vuelve a ser igual.

Hiperhidrosis, un problema muy común en verano

La hiperhidrosis es un exceso de la sudoración que puede impedir la vida normal en cualquier persona que sufra esta afección. Por ello, se recomienda ponerse en manos de los profesionales, para que sean ellos los que establezcan el tratamiento a seguir.

Existen dos clases de hiperhidrosis, la primera no cuenta con una causa conocida y que es la que más casos presenta. La segunda suele descartarse dado que puede llegar a tener un origen farmacológico, endocrino o infeccioso entre otros. La hiperhidrosis se puede dividir en cuatro grados; el tercero y el cuarto son aquellos que pueden llegar a afectar seriamente la vida personal e incluso laboral de quienes la sufren.

A pesar de que el sudor es algo normal que contribuye a regular la temperatura corporal y a eliminar toxinas del cuerpo, puede convertirse en un problema cuando aumenta y se hace constante. Esta clase de enfermedad afecta a un 3% de la población y puede ser una gran losa para las personas que la sufren, razón por la cual, el tratamiento proporcionado por profesionales debe ser muy tenido en cuenta.

¿Qué tratamiento se puede poner en marcha en este caso?

El tratamiento debe ser escalonado y hay que probar con el uso de cremas, algo que puede favorecer la reducción del conducto desde que se secreta el sudor, independientemente de la zona del cuerpo que sea.

Si se trata de un caso severo o grave de hiperhidrosis, otra alternativa es la iontoforesis, una técnica mediante la que se aplica una corriente eléctrica a través de un medio líquido que consigue que se reduzca el calibre del conducto excretor. Con ello se consigue reducir la cantidad de sudor que sale hacia el exterior.

Se trata de un método que ofrece muy buenos resultados y que es una alternativa a tener que pasar por el quirófano. Con la iontoforesis se puede reducir notablemente la sudoración, sobre todo en las palmas de las manos y los pies en muy poco tiempo.

De esta forma, y en menos tiempo del que se puede llegar a imaginar, se reducirá al máximo la sudoración de las manos, por ejemplo, algo muy importante para aquellas personas que tienen un trabajo cara al público o para quienes buscan su máxima comodidad en todo momento.