La tos suele ser una consecuencia muy molesta derivada de una posible irritación de garganta.

Podemos encontrarnos ante una tos seca o por el contrario una tos de carácter expectorante, que arranca la mucosidad que podamos tener alojada en el pecho.

Para calmar este síntoma tan molesto y agotador, vamos a compartir una serie de remedios caseros:

Un clásico para combatir la tos es recurrir al consumo de miel. Podemos hacerlo de diferentes formas: tomar directamente una cucharada de miel con el fin de suavizar la garganta, acompañarla de leche caliente… La miel tiene muchas propiedades curativas, pero si optamos por acompañarla de leche, ésta no debe estar demasiado caliente. El calor excesivo puede ser contraproducente, e irritar aún más nuestra garganta.

Otra forma de utilizar la miel con el fin de reducir el padecimiento de tos, es elaborar un preparado para “hacer gárgaras”. Consiste en exprimir medio limón, y mezclar el zumo con un poco de agua y un par de cucharadas de miel. Estas gárgaras podemos hacerlas 2 ó 3 veces al día.

También podemos recurrir a infusiones de manzanilla. Debemos a hervir la manzanilla y añadimos clavo y anís. Consumir esta infusión un par de veces al día calmará nuestra tos.

Otro remedio casero para poder dormir durante la noche y no despertarnos continuamente por culpa de la tos, es poner a hervir un poco de refresco de cola, y añadir unos trozos de cebolla. Gracias a las propiedades de ambos componentes, nuestra tos se verá calmada y podremos descansar durante la noche.

Por último, otra alternativa muy utilizada es colocar en la habitación donde vayamos a dormir una cebolla partida por la mitad. El aspirar las propiedades que va expulsando la cebolla nos permitirá descansar y no toser durante la noche. Aunque hay que decir, que a la mañana siguiente habrá que ventilar el cuarto durante un largo periodo de tiempo.