Cuando llegan las fiestas navideñas debemos empezar a pensar en el menú que prepararemos para sorprender a nuestros comensales cuando se sienten en nuestra mesa, pero no podemos olvidar que decorar la mesa es un factor muy importante ya que va a ser la primera impresión que van a recibir nuestros invitados sobre la velada que va a tener lugar en nuestro hogar.

Para muchas personas el hecho de recibir a un gran número de personas en casa se puede convertir en un problema, sobre todo por la cantidad de platos, vasos, sartenes, ollas y demás utensilios de cocina que tenemos que utilizar para preparar los diversos platos que serviremos en esas fechas señaladas.

Desde hace unos años se empiezan a ver en las grandes superficies donde todos compramos, opciones muy recurrentes para reducir al menor exponente el trabajo en la cocina. Concretamente en la parte de decoración de la mesa, y ¡sin renunciar a que la mesa quede mona!, es más, en ciertos casos puede quedar hasta más resultona que cuando optamos por decorarla con el mantel y la vajilla reservado para las ocasiones especiales.

Para ello podemos recurrir a los manteles, platos, bajo-platos, servilletas, cuencos… ¡todos ellos de plástico o papel! Sin renunciar por supuesto a los estampados navideños típicos de la época.

De esta forma, una vez que terminamos de  comer o cenar, cogemos una bolsa grande de basura y ¡todo para dentro!. Así tendremos mucho más tiempo para disfrutar de la familia, trabajaremos bastante menos en lo que se refiere a fregar «cacharros» y no renunciamos a mostrar una mesa estilosa.

Quizás podemos pensar que es un desembolso económico considerable la adquisición de este tipo de elementos, pero si valoramos lo que nos vamos a ahorrar en agua, luz y sobre todo ahorrar tiempo, posiblemente a más de una nos pueda interesar esta alternativa.